La política cero Covid ha sido el eslogan de muchos gobiernos alrededor del mundo. Es una especie de grito de guerra, que intenta cerrar filas ante el Covid-19, debido al aumento de contagios y expansión de la influenza. Pero no se trata únicamente de retórica, sino que la proposición va acompañada de medidas excepcionales, para ganarle la batalla al virus; medidas que, sin embargo, para algunos, resultan bastante cuestionables.

Esta particular manera de manejar la pandemia la podemos encontrar en la actualidad en los países asiáticos, que a finales del año pasado experimentaron un aumento significativo de contagios y entraron en el nuevo año con casos de muertes por Covid-19, que recuerdan a los inicio de la pandemia, cuando los brotes no cesaban, colapsando la capacidad de respuestas de las autoridades sanitarias de los diferentes países.

¿En qué consiste la política Cero Covid?

Foto de Alexis Ricardo Alaurin en Pexels

Como indicábamos más arriba, una de las características de esta política Cero Covid es su radicalidad. Ya que se trata de medidas que podemos considerarlas extremas; pero que se legitiman desde el discurso de los gobiernos oficiales, por ser medidas necesarias para cortar la cadena de contagios y la propagación del virus, para así proteger a la vida de la población.

Alguna de las medidas más llamativas, por no decir ominosas, que operan en algunos países, como mecanismo de contención al Covid-19 son el cierre de fronteras; que aísla totalmente a una nación, puesto que la entrada y salida de las fronteras nacionales quedan vetados para todos por igual. Pero este aislamiento territorial puede refinarse aun más a ciudades o municipios enteros, cercando toda posibilidad de contacto y movimiento de personas.

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Otras de las medidas y/o técnicas de gestión excepcionales implementadas frente a la Covid, por parte de esta política del cero Covid, es la vigilancia permanente por parte de las autoridades sanitarias y no sanitarias, sobre la totalidad de la población, reduciendo al mínimo sus posibilidades de movimiento y/o desplazamientos por las vías públicas.

Caso Hong Kong

Las autoridades policiales y sanitarias del país oriental han sido uno de los tantos gobierno en adoptar este tipo de gestión del Covid-19. Solo que las autoridades de Hong Kong entendieron, solo después de sus altos picos de contagios y muertes, acaecidos el pasado diciembre, que para que funcione una política tan coaccionadora, debe ir de la mano con una feroz campaña de inmunización de rebaño. Cosa que no hicieron.

Los resultados son más de trescientos mil infectados con Covid, en lo que va de marzo. Pero pueden ser fácilmente muchos más, por los asintomáticos. Lo cierto es que además de estas cifras de contagios preocupantes, tienen cifras elevadas de fallecidos por el virus, pero no hay exactitud en las cifras manejadas.

Actualmente la respuesta sanitaria de este país, ex-colonia británica, no se da a basto para controlar el número de enfermos. Las imágenes gráficas de camiones improvisados que han circulado de la isla dan cuenta de la dramática situación, pero también asalta la siguiente interrogante ¿por qué no ha funcionado la política cero covid? La respuesta al parecer está en que la campaña de vacunación no fue la más idónea ni la más potente, aunado a la resistencia y el relajamiento de la población ante el virus.

China y la Política Cero Covid

El gigante asiático lleva la vanguardia en este tipo de gestión de la pandemia, desde sus inicios, ya hace dos años. Recordemos tan solo las imágenes de Wuhan, con galenos y obreros levantando un centro sanitario, para el tratamiento del Covid-19, en tiempo récords. Además de una veloz e imposición masiva de la vacuna sinopharm a todos sus habitantes, de una manera tan vertical, que no halló resistencia alguna por parte de la población, como sí la hubo en Hong Kong.

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La política cero Covid de China ha incluido, no hay que olvidarlo, la puesta en marcha de tecnologías inéditas. Por ejemplo, el uso de apps, para escanear a las personas, y saber si tienen o no el virus. Además, la movilización rápida y violenta de médicos a los lugares donde se hallaba el virus, para pasar a aislar cuadras enteras, e incluso ciudades, si así lo consideran, eran tan rápidas como agresivas.

Al sol de hoy, China es uno de lo pocos países que ha podido regresar a algo parecido a la vieja normalidad. Y a decir de las cifras, desde los inicios de la pandemia, a la actualidad, las cifras de fallecidos por coronavirus no alcanzan los 5mil muertos.

¿ Funciona la gestión radical del Covid-19?

Los expertos estiman que en dado caso que China abra sus fronteras como antes de la pandemia, podría ocurrir una catástrofe. el motivo este pensamiento alarmante, no es infundado. Al contrario, los científicos han probado en los países que no tiene la política cero covid, cómo la población ha adquirido niveles de inmunidad fuertes, frente al contagio del Covid-19 y sus variantes.

En los países que han gestionado la Covid-19 de una manera menos vertical, los ciudadanos gozan de inmunidad híbrida, esto es un tipo de inmunidad que es el resultado del contagio y de la vacunación. Pues, la inmunidad natural la tienen los que han superado la enfermedad, pero que es además reforzada con la vacunación. Y nada de esto ha pasado en China, ya que la población ha estado aislada, sin posibilidad de desarrollar, por tanto, una inmunidad de este tipo.

Pero los analistas de China y de la pandemia piensan que el gigante asiático está esperando primero a que el virus se vuelva una gripe estacionaria, antes de bajar la guardia de su política cero Covid.

Fuente. CNN