La lactancia materna es un acto de amor y nutrición que brinda a tu bebé el mejor alimento para su desarrollo y crecimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y continuar con ella, junto con alimentos complementarios adecuados, hasta los dos años o más.

En este camino de la lactancia, algunas madres deciden continuar amamantando a sus hijos más allá de los dos años, lo que se conoce como lactancia materna prolongada. Si estás considerando esta opción, es importante que conozcas los mitos y realidades que la rodean, así como los beneficios que aporta a tu hijo y a ti misma.

Mitos y realidades de la lactancia materna prolongada

Existen diversos mitos y realidades de la lactancia materna prolongada. El primer mito señala que la leche materna pierde sus propiedades nutricionales después de los seis meses, sin embargo, la leche materna continúa proporcionando nutrientes esenciales para el desarrollo cerebral, el sistema inmunológico y la protección contra enfermedades, incluso después del primer año de vida.

Otro mito se basa en que la lactancia materna prolongada interfiere con el destete y la alimentación sólida, pero, los bebés que amamantan durante más tiempo suelen introducir alimentos sólidos de manera natural, además, presentan un menor riesgo de alergias alimentarias. Por último, se dice que la lactancia materna prolongada es incómoda y socialmente inaceptable; sin embargo, este es un proceso natural que puede realizarse en cualquier lugar y de manera discreta.

lactancia materna

Imagen de Rebecca Scholz en Pixabay

Beneficios para el hijo:

  • Fortalece el sistema inmunológico
  • Reduce el riesgo de alergias
  • Promueve un desarrollo cerebral saludable
  • Disminuye el riesgo de obesidad y diabetes

Beneficios de la lactancia materna prolongada para la madre:

  • Reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario
  • Fortalece la salud ósea
  • Retrasa la menopausia
  • Promueve el vínculo emocional entre madre e hijo

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Destete

El destete de la lactancia materna prolongada debe ser un proceso gradual y respetuoso con las necesidades de tu hijo y las tuyas. No existe un método único para el destete, cada madre y cada bebé encontrarán su propio ritmo y forma de llevarlo a cabo.

Es importante escuchar las señales de tu hijo y adaptar el proceso a su ritmo de desarrollo y necesidades emocionales. Algunas de las claves para un destete exitoso incluye reducir gradualmente la frecuencia de las tomas, ofrecer alternativas de lactancias como leche de fórmula, brindar consuelo y afecto en el proceso. Se paciente y comprensiva y buscar apoyo y orientación con profesionales.

Recuerda: La lactancia materna prolongada es una decisión personal que debe tomarse con base en las necesidades y preferencias de tu familia. Si decides continuar amamantando después de los dos años, consulta con tu pediatra para asegurarte de que tu hijo está recibiendo todos los nutrientes que necesita.