Los sofocos en la menopausia son quizá uno de los síntomas más molestos que tiene que atravesar toda mujer que está llegando a edades más maduras. Sin embargo no todas las mujeres saben manejar los bochornos a esa edad tan particular en que hay cambios significativos a nivel corporal.
De hecho, las consultas médicas por sofocos molestos en la menopausia son bastante frecuentes a nivel mundial, lo que indica que esto no es un mal menor para muchas mujeres que padecen estos calorones repentinos. Por estoy y más hoy te hablaremos de sus características, de cómo identificarlos y cómo pueden afectar incluso el sueño.
Enfrentar los sofocos en la menopausia
Los sofocos no les da a todas las mujeres por igual, no lo sufre de la misma manera, por ello habrá algunas que lo lleven de mejor manera que otras, porque, al fin y al cabo, cada persona tiene sus propias características individuales; eso que se llama diversidad.
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Así las cosas, habrá mujeres que se quejen de los sofocos, porque los bochornos de la menopausia los resiente más que otras. Incluso. Este calor repentino se puede presentar en algunos casos desde una vez al días, hasta un vez por hora, incluso. Lo que lo convierte en un verdadero problema en este último caso.
¿Cuándo comienza los sofocos en la mujer adulta?
Hemos dicho que los sofocos en la menopausia pueden tener características más resaltantes en una u otra mujer. Pero la constante es que las mujeres que lo enfrentan lo empiezan a hacer unos años antes de la menopausia con una duración de 5 años, aproximadamente.
Sin embargo, lo normal es que con el paso de los años, desde los primeros sofocos, estos vayan disminuyendo de manera importantes. Pero siempre debemos tener presente que las intensidades de estos síntomas son más o menos intensos en unas mujer que en otras.
Los sofocos nocturnos son los más molestos
Los sudores nocturnos en la menopausia son comunes y tienen una frecuencia constante, presentándose durante las primeras horas del sueño, impidiendo de esta forma el descanso pleno de muchas mujeres. Es uno de los síntomas que acompañan los sofocos en la menopausia y lo más delicado es cuando llega a causar trastornos del sueños.
Fuente: WebConsultas
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