La búsqueda del equilibrio entre la identidad femenina y el rol materno es un viaje complejo pero esencial para el bienestar de la mujer. A menudo, las creencias limitantes y los patrones sociales inculcados generan la sensación de que ser una buena madre implica relegar los propios deseos y aspiraciones como mujer. Mariana Piñero, terapeuta y experta en inteligencia emocional, nos invita a reflexionar sobre la importancia del autoconocimiento y la necesidad de cultivar el bienestar personal para desempeñar plenamente todos los roles.

La clave reside en reconocer que antes de ser madres, siempre fuimos mujeres con sueños, pasiones y propósitos individuales. Mantener la conexión con esa esencia, dedicando tiempo a las actividades que nos apasionan y generan bienestar, es fundamental para segregar las hormonas de la felicidad y proyectar ese bienestar en todos los ámbitos de nuestra vida. Cuando una madre está bien, todo a su alrededor tiende a estarlo también.

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Desafiando creencias y encontrando el balance

Superar las creencias limitantes sobre el rol de la mujer como madre implica reconocer el valor de las propias aspiraciones y no relegarlas. La invalidación de los roles femeninos más allá del hogar y la baja autoestima pueden dificultar la búsqueda del equilibrio. Es fundamental desafiar estos patrones y comprender que atender las propias necesidades no resta valor a la maternidad, sino que la enriquece.

Encontrar el balance requiere confrontar el sentimiento de culpa y romper con las expectativas sociales rígidas. Los problemas comunes incluyen el autosabotaje y la dificultad para sentirse merecedora de éxito profesional y personal. Reconocer estos obstáculos es el primer paso para priorizar el autoconocimiento y cultivar un bienestar que permita desempeñar todos los roles de manera plena.

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Recomendaciones para una maternidad plena

  • Agenda personalizada: Incluir tiempo para una misma, para el rol profesional, para la pareja y para el ocio personal.
  • Tiempo de calidad con los hijos: Dedicar momentos específicos con atención plena, sin distracciones.
  • Prácticas de bienestar: Incorporar ejercicios de relajación y respiración para gestionar el estrés.
  • Atención plena en cada rol: Estar presente y consciente en cada faceta de la vida, disfrutando del momento.

Encontrar el equilibrio entre ser mujer y ser madre es un proceso continuo que requiere autoconocimiento, gestión del tiempo y, sobre todo, permiso para priorizar el propio bienestar. Al hacerlo, se construye una maternidad más plena y se proyecta un bienestar genuino en toda la familia.