Dormir bien es una condición importante para ayudarte con el día a día, de manera física y mental. Sin embargo, los problemas de sueño cada vez son más frecuentes y son un importante reto de nuestra era. Afortunadamente gracias a los novedosos estudios existen soluciones que nos ayudan a descansar lo que nuestro cuerpo necesita
¿Problemas al dormir? – Imagen superior de Malik M Imran en Pixabay
Existen ciertos hábitos que nos ayudan a cumplir con el mínimo de horas de sueño, que contribuyen a mejorar el descanso. La falta de sueño es común en las sociedades desarrolladas y numerosos organismos y centros médicos trabajan para contribuir una serie de recomendaciones concretas.
La National Sleep Foundation es una de ellas y estableció un intervalo de horas mínimas de sueño, por rangos de edad, que ayuda a comprobar si se duerme los suficiente
De cero a tres meses, un bebé debería dormir de 14 a 17 horas, de tres a cinco años entre 10 y 13 horas, de 14 a 17 años entre ocho y diez horas y los adultos de 18 en adelante deberían dormir entre 7 y 9.
Hábitos para mejorar el sueño
Cuidar el entorno ambiental: es importante que la habitación donde dormimos haya sido previamente ventilada y no tenga ruidos ni ningún tipo de estimulación lumínica. De hecho, se aconseja no hacer uso de dispositivos electrónicos que emitan luz antes del horario habitual del sueño.
La temperatura es otro factor a tener en cuenta: “En ambientes térmicos neutros (18-21 °C), se alcanza niveles máximos de tiempo total de sueño, sueño profundo y sueño REM”.
Mejorar la alimentación: además de evitar el consumo de sustancias como la cafeína, el alcohol o la nicotina, se recomienda que las cenas sean ligeras y que se hagan, aproximadamente, dos horas antes de acostarse.
Realizar ejercicio físico: el sedentarismo favorece al insomnio. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que no es recomendable realizar actividades físicas justo antes de irse a dormir, ya que pueden reactivar el organismo y, por tanto, afectarían negativamente a la inducción al sueño.
Limitar la siesta a un máximo de 20-30 minutos tras la comida y evitarla si dificulta dormir por la noche.
Con información de CuidatePlus.