Síndrome de Anna Karenina es el nombre con el que cierta psicología moderna ha bautizado un tipo de comportamiento entre amantes, que compromete la salud de una de las partes, de manera importante.

Pero este amor tóxico mal llevado se suele aceptar porque se piensa que es propio del amor dar el todo o nada por una relación.

¿Qué es el síndrome de Anna Karenina?

Los franceses del periodo entre guerras hablaban de un amor loco, el amor fou, que era volátil, irrefrenable, llevado hasta los límites por la locura de los amantes. El síndrome de Anna Karenina es similar, pero el amor autodestructivo lo sufre un de las parte, la mayor parte de las veces.

trastorno delirante

En este tipo de amor patológico la persona se autodestruye, porque vive en pro del otro, alienándose por completo, a tal punto que sufre desequilibrios emocionales, importantes, incluso, hasta enfermarse.

¿De donde proviene el nombre del síndrome?

Anna Kareninna es el nombre de un personaje ficcional femenino creado por el novelista ruso León Tolstoi; cuyo drama consiste en haberse enamorado locamente de un militar de nombre Vronsky; aun cuando ella estaba casa y con hijos; y dejarlo todo por irse tras de él.

No obstante, el amor de Anna, luego de un tiempo, no es correspondido del todo por Vronsky. Y su drama empieza a acentuarse por este amor tóxico, ya que hace lo necesario para no perder a este militar.

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Características del síndrome de Anna Karenina

La persona que padece este síndrome proyecta todas sus carencias afectivas en su pareja; de ahí la idealización y el apego en extremo hacia esta.

El pensamiento lógico se desvanece y puede parecer inútil convencerle de que está sufriendo por un amor que no es amor, sino ya un trastorno que va más allá de lo obsesivo.

El supuesto síndrome de Anna Karenina lleva a la persona que lo sufre a vivir constantemente angustiado por el temor a la pérdida del ser que ama con irracionalidad destructiva; por lo que no es feliz.

¿Cómo podemos prevenir este síndrome?

La reflexión y las preguntas exactas que nos hagan pensar sobre el porqué queremos estar con tal o cual persona son importantes, para no padecer este síndrome. Pero también para autoevaluarnos e indagar en cómo está nuestro autoestima.

Entendiendo ya que las personas no están allí para llenar todos tus vacíos, ni para ser el todo que necesitas para superar carencias afectivas que te tocan trabajarlas a ti desde el interior, primero, es que se podrá construir una relación sana y saludable.

Este examen de consciencia es fundamental para prevenir el síndrome de Anna Karenina. Ya que te ayuda a valorar tu individualidad, a saber que en una relación ambos importan, y que cuando no es así, entonces lo correcto es exponer tus sentimientos y de ser necesario, ponerle fin. La idea es que seas feliz, y esto lo puedes construir en pareja o sin ella; entonces no busques una pareja por solo tenerla.

Fuentes: WebConsultas