Tanorexia es un término que explica una condición en la que una persona se broncea excesivamente para poder obtener una piel más oscura, pues la persona se ve a sí misma como inaceptablemente pálida.
Este bronceado podría ser, debido a la luz solar o por la utilización de camas de bronceado. La tanorexia es una condición peligrosa ya que la radiación UV prolongada contribuye como factor de riesgo al cáncer de piel.
Síntomas
Para aquellos que padecen de tanorexia, esta condición es semejante a otros trastornos de la imagen del cuerpo, como la anorexia, pues el individuo se mira en el espejo y no ve la verdad de lo cual está viendo.
Como síntomas podemos encontrar:
- La piel está bronceada en exceso.
- Envejecimiento prematuro, con arrugas y piel deshidratada.
- Se presentan ansiosos frente a la probabilidad de perder el bronceado y se exponen al sol inclusive sin protección.
- Acuden a menudo a centros de broceado con rayos UV.
- Compiten con otros para ver quién está más bronceado.
Tratamiento
La tanorexia, como otros comportamientos adictivos, puede perjudicar la autoestima, el entorno laboral y a las interacciones sociales, debido a que se prefiere estar tomando el sol por arriba de otras obligaciones.
Un psicólogo deberá enfocarse en la restricción del comportamiento obsesivo, en arreglar la distorsión de la percepción del cuerpo e incrementar la autoestima del paciente. Además, pide un procedimiento dermatológico, debido a que la dermis suele estar bastante dañada por la exposición a los rayos ultravioleta (UV).
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Exceso de sol
El bronceado, ya sea proveniente de camas solares o la luz solar directa, jamás es seguro. Por cierto, el color del bronceado es la manera en que el cuerpo humano (es particular la piel) se protege.
La sobreexposición a los rayos UV tiene secuelas bastante negativas para la salud. Crea envejecimiento prematuro de la piel y puede llegar a provocar daños cutáneos, como la queratosis actínica (bultos).
Además, también está ligado con trastornos oculares, como cataratas, y con la inhibición del sistema inmunitario. En última instancia, puede ocasionar cáncer de piel (el más grave es el melanoma), una patología que no deja de crecer.
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