Cuando hablamos de felicidad, corremos el riesgo de generar debate en cuanto a su definición. Como todo el mundo sabe, es un concepto amplio, y de opiniones tan diversas, como la cantidad de seres que habitamos este planeta. Cada quien podría estructurar su concepto propio de felicidad

La felicidad y el mindfulness | por Ana Correa

Imagen superior de Ri Butov en Pixabay

Es posible considerar a una persona feliz cuando todo en su mundo esta “bien”, sin preocupaciones, saludable y con un nivel financiero estable. Pero no se puede negar que esto es casi imposible.

Imagen de Ri Butov en Pixabay

Más que de hallarse bien, podemos inferir que es “feliz” quien lleva una vida con la que se siente satisfecho, en la que se trabaja con propósito por los objetivos que se plantea, según sus propios estímulos, internos o externos y disfruta cada momento de ese recorrido, sin enfocarse solamente en el fin último o la meta.

“El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito”.

Albert Schweitzer, Premio Nobel de la Paz 1953

Si hablamos desde la perspectiva de la Psicología Positiva, existe una corriente novedosa que introduce en el concepto de “felicidad” el componente de la conducta prosocial, refiriéndose a los picos de felicidad que produce la acción de ayudar a otros.

Pero a ver, a ver…

¿Es la conducta prosocial semejante a la conducta altruista?

Una conducta altruista, se define como la persona o institución que lleva a cabo acciones que proporcionan beneficios a otro, sin la expectativa de recibir nada a cambio; y cuyo fin último, es aumentar el bienestar de quien o quienes reciben la ayuda.

La felicidad y el mindfulness
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En la definición de altruismo se pone el foco en la intención de quien realiza la ayuda: no existen expectativas de recibir ningún beneficio personal. Para definir un comportamiento como altruista, dicha conducta debe suponer un costo para quien ejecuta la acción. No siendo igual en la conducta prosocial que ejecuta un individuo por alguien mas, sin diferenciar recibir algún beneficio para si mismo, ademas de esperar algo en contraprestación (palabras de gratitud, propina, etc). Que estimulan la reciprocidad.

A estas alturas, te preguntarás como se relaciona el Mindfulness con los conceptos de Felicidad

Mindfullness, no visto como una herramienta para controlar el estrés, sino como un estilo de vida, ese encuentro con nosotros que nos capacita a conducir nuestra atención al momento presente, nos proporciona una “lupa” para tomar conciencia y atender cada detalle del recorrido en nuestra vida, centrar la atención en el camino y el compromiso para disfrutarlo. Estructurar con sentido, nuestra definición de Felicidad.

La felicidad y el mindfulness
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Si aún no lo practicas, te recomiendo probarlo, teniendo como premisa que va mas allá de relajación y control de niveles de ansiedad, comienza pasando unos minutos a lo largo de tu vida cotidiana, en atención plena, luego, paulatinamente aumenta el tiempo. Sería irreal pensar en 24 horas del día en atención plena, pero si logras incorporarlo por largos espacios, entrenar tu
atención, llevarás tu vida al estilo Mindfulness.

Recupera tu conciencia, toma el timón y cambia tu rumbo hacia una vida mas plena.

¡Hasta la próxima!

A tu salud…