Ese deseo de querer cambiar a la pareja oculta necesidades y carencias que se traen en el inconsciente y que puede hacer que nuestra relación fracase.
Sin embargo la frecuencia con las que una parte de la pareja desea transormar a su pareja tal como se quiere, es un error y se puede trabajar, por ejemplo, empezando a conocerse a sí mismo.
Geraldine Lange, psicoterapeuta, nos dice por qué es un error querer que nuestra pareja sea como nosotros queremos que sea, y qué factores entran en juego en ese deseo de cambiar al otro, así mismo que podemos hacer para llevar una relación menos tóxica y más saludable con nuestro compañero (a).
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Querer cambiar a la pareja es un error
Explica la psicoterapeuta venezolana que «las personas se casa con ideal de pareja», que es el principio para no reconocer la diversidad humana. La autopercepción de que yo estoy bien y tú mal entra en juego.
«‘Yo que creo que lo mío es lo mejor´. Cada uno va a creer que cómo fue criado, si fue positivo, o las formas que construyó, su estructura es la mejor. Y cuando se encuentra con el otro, el otro también tiene sus formas, su crianza, su personalidad»
Es así como las expectativas que se tiene del otro, continúa Lange, choca con la realidad al conocer más a fondo la personalidad genuina y/o real de nuestra pareja.
Personas que quieren cambiar a las personas
«Querer convertir a esa persona a imagen y semejanza de lo que yo espero de una pareja» es una de las motivaciones que llevan a una parte de la pareja a desear cambiar a la otra.
Recomienda en este sentido la psicoterapeuta que, por lo tanto las parejas darse un tiempo para conocerse mejor, «para saber si nos puede dar o no, lo que yo tengo como meta para poder compartir la vida».
No obstante, el deseo de querer cambiar a la pareja con la que convivimos esconde algo que tiene que ver con nosotros mismos, con nuestro fuero interno:
«Eso que nosotros queremos cambiar en la pareja es nuestra necesidad no satisfecha y eso lo tenemos que satisfacer nosotros mismos, pero estamos esperando a que la pareja nos los dé»
La paradoja que señala Lange es que eso que se quiere cambiar en la otra persona «es algo que la que lo tiene que modificar en sí misma soy yo».
«Sucede como un efecto de proyección: yo pongo en ti lo que no reconozco en mi»
De forma tal que el trabajo de cambio debe empezar por aquel que quiere transformar a la pareja, al compañero (a). Ya que el problema no está fuera en la pareja sino que «está dentro de ti», enfatizó la especialista.
Conocerte a ti mismo
Para evitar entrar en una relación tóxica donde una de las partes solo ve en el otro cosas que este debe cambiar, «lo primero que debes hacer es conocerte a tu mismo y conocer a tu pareja», expresó Lange. Es así que se verá de forma más clara cuáles son nuestras necesidades. Pero advierte que nuestras necesidades ocultan carencias.
«Hay necesidades que vienen de nuestras carencias»
Asegura la experta que son estas carencias las que le exigimos a nuestra pareja que nos las dé y las que «se ponen en el tapete» como tema de discusión de manera frecuente.
Aceptar que las parejas aman de forma diferente
El aprender a reconocer y aceptar las diferentes formas de amar que puede haber en una pareja es igualmente importante para tener una relación sana.
«Creemos que el otros nos ve en el mismo canal, como yo aprendía a ser amado, y el otro tiene sus formas de amar»
El estar pendiente del otro, el cuidar que esté bien, son maneras de amar, aun cuando no se manifieste ese amor de manera verbal. Ya que hay parejas que no aprendieron a decir un te quiero o a tener una comunicación más asertiva, indicó la psicoterapeuta venezolana.
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El deseo de querer cambiar a una pareja viene en parte por creer que ese ideal de compañero es posible. Pero concluye Lange en que «las parejas idealizadas no existen», porque es un ser que «tú te construiste», por lo cual es importante mirar al ser real que tenemos en frente, «y que se ser te va a dar lo que te puede y lo que tiene» y lo que no, debe ser construido en pareja.
